INSTRUCCIONES
La primera opción es coger los garbanzos, que habrán pasado la noche a remojo y... ponerte
La primera forma de pelar los garbanzos es coger los garbanzos después de haber pasado la noche en remojo y... comenzar a pelarlos uno a uno. Es sencillo: tan solo tendrás que coger cada garbanzo y tirar un poco de su pielecilla... en seguida saldrá entera. Eso sí, ponte cómodo en el sofá, sírvete algo para tomar, y ármate de paciencia... porque la operación te puede llevar horas.
Pasemos al plan B... porque pasarnos toda una mañana pelando garbanzos uno a uno no es una opción viable.
Hay una segunda opción... un poco menos laboriosa. Se trata de pelar igual los garbanzos, uno a uno, pero una vez cocidos. Una vez que están cocidos, y si aprietas ligeramente el garbanzo entre los dedos índice y pulgar, la piel saldrá fácilmente. Es menos engorroso... pero también algo tedioso. Al fin y al cabo, hay que hacerlo uno a uno.
A la tercera va la vencida
El reto es pelar los garbanzos fácilmente, sin esfuerzo ni perder todo el día. Tenemos que deciros que... ¡sí se puede! . Necesitarás bicarbonato sódico… tan solo eso.
Si empleas garbanzos secos ponlos en remojo con bicarbonato sódico. Después tan solo tendrás que enjuagarlos y ponerlos a cocer. La piel se habrá debilitado y se separará sola… desintegrándose. Si lo que usas son garbanzos ya cocidos, tendrás que enjuagarlos y ponerlos en un bol con bicarbonato sódico… más o menos una cucharada por cada 300 gr. de legumbres. Calienta un poco el microondas. Sácalos y ponlos en otro bol con agua calentita. Con las manos, remueve bien y frota unos garbanzos con otros… las pieles se irán desprendiendo solas. Cambia el agua si fuera necesario… hasta que no quede ni una piel.